El sistema educativo en el que estudié era totalmente tradicional: alumnado pasivo que cruzaba sus brazos en el tiempo de clase esperando que el docente volcara en ellos y ellas el contenido ya "masticado". Este contenido que era necesario memorizar se evaluaba en forma de prueba escrita u oral.
Cuando tuve la oportunidad de estudiar en el extranjero en un sistema educativo tan diferente como es el americano mi experiencia sobre qué es la educación y en qué consiste enseñar y aprender se transformó. Pasé a ser sujeto activo y protagonista de mi propio aprendizaje: leía, resumía, redactaba, veía vídeos o asistía a diferentes actividades para, posteriormente en clase, debatir, reflexionar o aplicar aquello que yo ya había trabajado previamente. Si yo no había hecho mi parte de trabajo previo, las clases eran totalmente improductivas y carentes de sentido para mí. Con esta idea sobre cómo enfocar el proceso de enseñanza - aprendizaje volví a España.
Desde entonces intento enfocar mis clases siguiendo esos pasos: el alunado en casa lee, escribe, prepara y en clase se revisa, reflexiona, se preguntan las dudas, se hacen "otra clase" de preguntas... En estos años me he encontrado con la pasividad del alumnado - como la que yo tenía - y en ocasiones vuelvo a reproducir los patrones que aprendí siendo alumna española. Las nuevas tecnologías me han ayudado pero el trabajo del docente en los últimos tiempos se ha diversificado, intensificado y menospreciado dificultando la innovación educativa y el tiempo dedicado a preparar las clases.
Es por este motivo que cuando vi y leí sobre FLIPPED CLASSROOM entendí que este era el curso que necesitaba para seguir mejorando y afianzando la filosofía educativa en la que creo. Flipped classroom no es ni más ni menos la idea que yo había forjado en estos años con el añadido de un uso inteligente de las nuevas tecnologías al servicio del aprendizaje.
No puedo estar más que agradecida por esta oportunidad de seguir aprendiendo y compartiendo.
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